YEMAS ACARAMELADAS

Es la clásica yema por antonomasia, típica golosina familiar cuyo hábito se va perdiendo.

Se preparan poniendo en una cacerola 5 yemas, 125 g de azúcar molida fina y un poco de vainilla; se cocina despacio revolviendo siempre hasta que se haya formado una masa espesa que no se pegue al recipiente; se deja enfriar agregándole azúcar de la llamada impalpable; la masa se coloca sobre una mesa lisa (mármol o enlozado), cubierta con una capa superficial de manteca; cuando la temperatura lo permita se hacen a mano unas bolitas que se procederá a acaramelar de la siguiente manera: se prepara un caramelo con azúcar cubierta con el mínimo de agua que se pone a fuego vivo hasta que alcance el punto y el característico color rubio; se retira del fuego.

Se ensartan las boli­tas en un palito o en un tenedor de un solo diente y se pasan una a una por el caramelo; se las deja enfriar sobre la superficie enmantecada.

Queda así el huevo de consistencia abizcochada cubierto por una capa cristalina de caramelo, golosina que gusta mucho a los chicos, quienes pueden comerlas desde el año de edad como un modo excelente de ingerir huevo y muchísimas calorías.

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