CARBONADA EN ZAPALLO
Éste es uno de los platos de más expresivo sentido familiar, cuyo modo de presentación contiene un toque que difícilmente deje de impresionar la imaginación de un niño.
Para toda la familia se dispone un zapallo grande maduro, que pueda tenerse firme sobre su eje mayor; en el polo superior se le saca una tapa, por cuyo orificio se extraen las semillas y luego, con una cuchara, se quita la pulpa dejando sólo una capa que doblando por dentro la cáscara la mantenga resistente a las maniobras ulteriores.
Se prepara 1 kg de papas, 1 kg de batatas, 1/2 kg de cebolla, 4 tomates grandes pelados, 3 ajíes verdes o rojos cortados en tiras, 6 choclos tiernos cortados en trozos cilíndricos, 2 kg de carnaza cortada en pedazos, apio, perejil, 8 duraznos amarillos pelados (no deben ser priscos); como variante peras o ciruelas, y la totalidad o parte de la pulpa del zapallo, todo trozado se pone en una cacerola con aceite y manteca y se va cocinando en el orden de cocción prevista.
Paralelamente el zapallo vaciado se pone en el horno con su tapa a temperatura suave no menos de dos horas, hasta que a la presión se note que está ablandado; en ese momento se lo rellena con lo preparado en la cacerola y se deja una hora más en el horno muy suave, de otro modo se arriesga que el zapallo se agriete.
Queda una masa espesa de gustos mezclados muy sabrosa; se lleva a la mesa en el zapallo y se sirve desde él; se mantiene muy caliente por sí solo largo tiempo.
Es alimento completo, rico en calcio, fósforo, hierro y cobre, aunque no tiene vitaminas, que pueden comer los niños desde el séptimo mes de su vida.
Como sobra, se raspa la pulpa de las paredes y del fondo, que se puede usar en sopa o puré pues ha conservado todos los minerales.