BOLITAS DE SALSA BLANCA
Si ha sobrado salsa blanca (lo que sucede a veces por mal cálculo) se prepara 1 cucharada de queso rallado desleído en leche más 1 huevo y sal; se mezcla con la salsa sobrante, formando una pasta con la que se hacen bolitas que se fríen en aceite y se echan a la sopa.
Las pueden comer los niños desde el segundo año de su vida.